viernes, 29 de septiembre de 2017

Y tembló la mañana... Parte 2


Poco a poco el color de la vida volvía a su lugar, las formas comenzaban a aparecer frente a los ojos del minino, la conciencia y la realidad goteaban en su interior poco a poco, metiéndose en su ser lentamente, pero no, no era un sueño, la tenia en sus brazos por fin, después de tanto tiempo sin verla y solo atinaba a mirarla, a sentir su agradable olor, a ver el color de sus leves y perdidos maullidos, nerviosos, tiernos, alegres y entre cortados. 

- Mi amor!!! - dijo él, con una sonrisa que dejaba ver hasta sus pequeñas muelas -.
- Amor llegaste!!! - le respondió ella mientras sus pies se despegaban del mundano suelo, ya que él la levantó del mismo con un gran abrazo mientras comenzaba a girar por la inercia, producto del impulso con el que ella corrió a abrazarlo. Encuentro memorable con testigos mudos e incrédulos, o quizá testigos de mirada perdida, humanos de paso que no dieron importancia a la gloria que acontecía a 3 metros de ellos, entre ellos el administrador del lugar que los miraba extrañado por tan singular encuentro.

- Estas preciosa, hola como estas?!
- Bien, como estas tú?
- Cansado, hace calor....

Y subieron por las escaleras a buscar un lugar para descansar llevando a cuestas el pequeño equipaje del gato... llevando sus sueños, esperanzas e ilusiones y a  su peor enemigo, ese que se va todavía más rápido cuando están juntos, el maldito tiempo.

- Espera un momento pequeña - dijo mientras tiró suavemente de su garrita para detenerla.

Y aunque ella no sabía que quería él, hizo lo que su corazón le mandaba, se dio la vuelta y le regaló su felicidad en forma de un dulce beso, dejando callado y sorprendido al minino, que solo atinó a sonreír con un gesto bobo, pero lleno de dicha.

Esa mañana pasó lentamente, una vez más se interpuso algo entre ambos, ella no estaba sola, para tragedia de ambos, era acompañada por una humana que siempre la quería cerca, que no entendería nunca el mundo de los gatos y que no permitiría jamás que la minina viva su vida en plena libertad.

Era tiempo de luchar juntos de nuevo por estar aún más juntos, de esta manera ambos se verían entrada la noche en el pequeño y cálido rincón que ella encontró para descansar sin saber que ese diminutos punto del universo sería testigo de los sentimientos más sublimes y de los más mezquinos también.

Entro la noche, pasaban los minutos, la luna en lo alto del firmamento, las ganas puestas, el corazón a mil, todo en silenció, al amparo de la oscuridad, él no aguanto más y fue a su encuentro, caminando con tal sigilo que ni el silencio por la ausencia de la brisa nocturna, que es normal en esas latitudes, fue quebrantada.

Al fin la vio, sus ojos se encontraron, se electrizo el aire... mientras inhalaban recuerdos y revivían situaciones pasadas, unas felices, otras tristes y apostaban por mejores días, por la esperanza que despiertan los sueños de dos almas enamoradas y re encontradas de vidas pasadas... comenzaría una memorable velada...

"Yo te prometo que yo seré quien cuide tus sueños y cuando tú estés despierta quien te ayude a tenerlos... Yo podría prometerte el mundo, tú prométeme una madrugada..."

29 Una vez más....



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